LA MULETA DE ALICE GLASS

Foto: Steven Walker/TLOBF.com

Que a Alice Glass no se le pone nada por delante es algo que ya sabíamos, pero por si a alguien le quedaba alguna duda, la cantante de Crystal Castles salió el otro día al escenario con la pierna escayolada en la Brixton Academy de Londres, en un concierto organizado por la revista NME y que contó también con Everything Everything y Magnetic Man.  Glass se había roto el tobillo y en los momentos previos al directo aún había expectación por ver si se quedaba en casa.  Pero no.  Mandó al cuerno a los médicos y apareció de esta guisa. 

Acostumbrada a dar botes, a desvanecerse entre canción y canción y a lanzarse a lo kamikaze sobre un público arengado, la menuda Alice debió de pasarlo francamente mal, pues por lo que leemos en thelineofbestfit.com no tuvo ninguna consideración con su malherido tobillo y siguió el manual clásico del caos y del punk. ‘Baptism’ fue la misma locura colectiva de siempre, pero con una muleta de por medio.  Ahora me viene a la mente la experiencia religiosa que fue el primer concierto que los canadienses ofrecieron en España, al margen del intento de concierto de un año atrás en el Sónar.  En el SOS de Murcia el público español experimentó por primera vez qué tienen que ofrecer los Crystal Castles en cuanto a rabia, angustia y agonía.  Aprendimos bien la lección, y por el camino a algunos se nos fue la cabeza, perdimos la noción del tiempo y del espacio, perdimos nuestros móviles y nuestras gorras de la suerte, quedamos deslumbrados con la pálida tez de Alice Glass y descubrimos un pasaje sonoro nuevo gracias a los efectos in situ de Ethan Kath.  No tiene precio.

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